¿Subidón de la luz en 2035? El debate sobre el cierre nuclear en España
Introducción
Las eléctricas han soltado el titular de la semana: si se cierran las nucleares en 2035 sin un plan alternativo, el precio de la luz se disparará. Un aviso que huele tanto a preocupación real como a estrategia de presión. Pero, ¿qué hay de cierto en este mensaje? ¿Es una amenaza velada o una advertencia seria? Vamos a desgranar qué significa esto para el futuro energético de España.
El contexto: cierre nuclear en 2035
España tiene pactado el cierre progresivo de sus centrales nucleares hasta 2035. La idea es sustituir esa potencia con más renovables y almacenamiento, dentro del marco de la descarbonización europea.
El problema es que las nucleares hoy suponen alrededor del 20% de la electricidad que consumimos. Quitarlas de golpe sin alternativas listas es como quitarle las ruedas a un coche en marcha.
¿Qué dicen las eléctricas?
Su discurso es claro: si en 2035 no hay suficiente respaldo (baterías, bombeo, hidrógeno, gas de transición), los precios se dispararán. ¿Por qué? Porque en momentos de baja producción renovable, España tendría que recurrir a tecnologías más caras o a importar energía.
Traducción: menos seguridad, más volatilidad y facturas más altas.
¿Hay razones para el alarmismo?
- Sí, algo de razón hay: el cierre nuclear sin un colchón de respaldo es un riesgo. Las renovables aún necesitan mucho almacenamiento para cubrir huecos.
- Pero ojo: las eléctricas tienen interés en marcar el discurso. Cuanto más miedo haya, más fácil es justificar prórrogas o nuevas inversiones a su favor.
¿Cuál sería el plan alternativo?
Para que el apagón nuclear no sea un “apagón económico”, España necesita:
- Acelerar el despliegue de renovables (solar, eólica, termosolar…).
- Invertir en almacenamiento masivo: baterías, bombeo hidráulico, hidrógeno verde.
- Reforzar la red eléctrica para mover toda esa energía.
- Gestionar la demanda: eficiencia y flexibilidad para que el consumo se adapte mejor a la producción.
Impacto para empresas y consumidores
- Consumidores domésticos: la luz podría ser más cara en un escenario sin respaldo, con picos más frecuentes.
- Pymes industriales: la volatilidad afectaría directamente a sus costes energéticos, reduciendo competitividad.
- Mercado eléctrico en general: más incertidumbre, lo que también encarece los contratos a largo plazo.
Conclusión
El cierre nuclear en 2035 no solo es una decisión política y climática: también es un riesgo si no existen alternativas sólidas. Hoy la nuclear aporta estabilidad, genera sin emisiones directas de CO₂ y ayuda a contener los precios en el mercado eléctrico. Cerrar todas las centrales sin un plan realista podría disparar la luz y poner en jaque la seguridad del sistema.
Por eso, muchas voces defienden mantener la nuclear como parte del mix, al menos hasta que renovables y almacenamiento estén realmente preparados. No se trata de frenar la transición, sino de hacerla con cabeza: combinar lo nuevo con lo que ya funciona para evitar sustos.
Mientras tanto, empresas y particulares pueden adelantarse revisando contratos, apostando por eficiencia y autoconsumo… pero sabiendo que una base nuclear estable puede ser el mejor seguro contra subidas descontroladas de precios.
¿Quieres que analicemos cómo te afecta este escenario y qué opciones tienes para ahorrar ya? 😉