¿Puede España vivir solo de su propia energía? Spoiler: aún no

España presume de sol, viento y talento renovable. Pero… ¿es suficiente para vivir desconectados del mundo? ¿Podríamos algún día cerrar las fronteras energéticas y autoabastecernos?

Vamos a hablar claro: aunque vamos por buen camino, aún nos queda cuerda (y cable) para rato.

¿Qué significa ser autosuficientes?

Ser autosuficientes en energía significa generar dentro del país toda la energía que consumimos, sin importar gas de Argelia, electricidad de Francia o uranio de terceros países.

No es solo tener muchas placas o aerogeneradores. Hay que tener:

• Capacidad de generación suficiente para todo el año.

• Almacenamiento para los días nublados, sin viento o con picos de consumo.

• Una red eléctrica que lo aguante todo sin petar por el camino.

¿Tenemos recursos?

Sí. España es una mina de sol, viento y, en menor medida, agua. Solo con solar podríamos generar mucha más energía de la que usamos.

Peeero… hay un problema: no siempre hay sol ni viento cuando lo necesitamos, y aún no tenemos forma barata y masiva de guardar la energía para esos momentos.

Además, seguimos dependiendo mucho del gas (importado) para respaldo y de los intercambios con otros países en momentos críticos.

¿Y si desconectamos mañana?

No es viable. Hoy por hoy, España necesita importar parte de su energía, sobre todo en invierno o cuando hay picos de demanda.

También usamos tecnologías (como la nuclear) que requieren combustible que no tenemos aquí. Y aunque tengamos renovables, si no hay forma de almacenarlas o moverlas donde hace falta, no sirven de mucho.

Vamos, que tener placas está genial. Pero aún no podemos vivir 100% con lo nuestro sin pasar calor, frío o apagones.

¿Qué necesitamos para conseguirlo?

• Inversión en almacenamiento energético: baterías, bombeo, hidrógeno, lo que haga falta.

• Una red eléctrica moderna y flexible, capaz de gestionar todo ese vaivén.

• Un mix energético equilibrado que no dependa de una sola fuente.

Y tiempo. Esto no se arregla en dos años. Pero si se hace bien, España podría ser una de las potencias renovables más fuertes de Europa.